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Castrol y el Motociclismo: pasión, colaboración y resultados
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Castrol, uno de los principales líderes de lubricantes a nivel global, siempre ha disfrutado y cooperado en competencias y proyectos para romper récords. El motociclismo lo demuestra con creces, con grandes resultados que resaltan su calidad y rendimiento, los que reafirman su slogan: “Castrol es más que un aceite, es ingeniería líquida”.
En Cuba su desempeño ha sido marcado con una colaboración que sustentó este deporte por décadas. Ha estado presente en prácticamente todas las carreras celebradas en la mayor de las Antillas, sobre todo después de 1959, en la era de los motores 2T y posteriormente en la última etapa del motociclismo en Cuba con propulsores de 4T.

En el mundo, su presencia y palmarés resaltan sobre manera, no sólo logrando grandes triunfos; sino también, tomando la competición como laboratorio para desarrollar nuevos lubricantes. Sus primeros pasos en el motociclismo datan de principios del siglo XX, con éxitos marcados desde 1907, en la legendaria y emblemática carrera británica, el TT de la Isla de Man, hasta nuestros días en la máxima categoría del motociclismo, la MotoGP.
Europa fue la cuna de este deporte, que tomó fuerza en las décadas de 1920 y 1930; sin embargo, no fue hasta 1949, que se creó el Campeonato Mundial de Motociclismo.
En el periodo 1950 -1959, considerada la época de oro del motociclismo, Castrol retomó su cosecha de triunfos, colaborando con las marcas Norton y Gilera, las que utilizando Castrol marcaron diferencia. La marca italiana Gilera ganó por esos años 6 títulos en la máxima cilindrada (500 cc), pero a finales de esa década abandonaron el Mundial. Fue entonces que Honda contactó con Castrol para introducirse en la competición élite y se inscribieron en el TT de la Isla de Man, en 1959, donde ganaron el premio de equipo fabricante utilizando el lubricante Castrol.

Entonces, a partir de 1960, el binomio Honda/Castrol, comenzó a ganar mundiales y en esa década logró 11 títulos: 1 en 50 cc, 3 en 125 cc, 5 en 250 cc y 2 en 350 cc. Por esos años el Castrol R30 se convirtió en referencia, capaz de lubricar sin contratiempos motores de 6 cilindros que alcanzaban las 20 000 rpm.

1975 marcó un hito en el motociclismo mundial, cuando en la categoría reina, los 500 cc, una moto con motor de 2T superó a las rapidísimas MV Augusta, invencibles por esos años. Fue una Yamaha, pionera en utilizar el Castrol A747, considerado el mejor aceite 2T de competición de todos los tiempos.

A finales de esa década, 1979, Honda regresa al Mundial después de 10 años de ausencia. Castrol apoyó al equipo del ala dorada con un lubricante especial de competición de 4T, para la extraordinaria Honda NSR, con motor de pistón oval con ocho válvulas por cilindro y 22 000 rpm. Sin embargo, no fue hasta 1983 cuando Honda ganó por primera vez los 500 cc, de la mano del norteamericano Freddie Spencer, a bordo de una NS 500 de 2T, que utilizó Castrol A747. La última década del siglo XX, 1990, fue un periodo de grandes éxitos para Castrol en el motociclismo, donde destacaron los títulos de Wayne Rainey en su Yamaha YZR 500, lubricada con Castrol A474.

En el siglo actual –XXI– y con el regreso de los motores 4T en los campeonatos del mundo, Honda decide fabricar un nuevo lubricante competitivo, Castrol Power1. Así llegó a las carreras de MotoGP, lubricando una motocicleta Honda RC211V de 5 cilindros y 990 cc.
El historial de Castrol a lo largo de su presencia en Campeonatos Mundiales ha sido más que relevante, ganando carreras con 59 fabricantes. Pero sin dudas, es Honda su mayor carta de triunfo con 127 victorias. Destacan, además, Norton con 77 triunfos y Yamaha con 35. En la actual temporada de MotoGP, 2021, Castrol mantiene su presencia en el equipo LCR con la Honda RC213V.

Sin dudas, el motociclismo ha sido una excelente vitrina para mostrar la calidad de un lubricante hecho para resistir las más duras pruebas, demostrando que “CASTROL ES MÁS QUE UN ACEITE, ES INGENIERÍA LÍQUIDA”.




